La conexión siempre ha sido fundamental para mí: la conexión con las personas, la comunidad y la naturaleza. Me atrae la fuerza de los demás y las maneras en que las personas superan la adversidad, especialmente en momentos de pérdida, transición o incertidumbre. Esta apreciación y consideración por la resiliencia humana me ha llevado a convertirme en terapeuta.

Tengo una Maestría en Ciencias en Formación de Consejeros de la Universidad Estatal Central de Connecticut, con especialización en Sistemas Familiares. Durante más de 30 años, he trabajado en salud mental comunitaria en Washington, D. C., apoyando a poblaciones desatendidas, primero con jóvenes y ahora con adultos que enfrentan la ansiedad, el trauma, el duelo y los numerosos desafíos que presenta la vida.

Mi enfoque es fundamentado, relacional y culturalmente sensible. Integro sistemas familiares, terapia centrada en soluciones y terapia cognitiva basada en la atención plena, junto con prácticas somáticas y atención al poder sanador de la naturaleza, el movimiento y la nutrición.

Antes de convertirme en terapeuta, pasé tres años en Latinoamérica, donde adquirí fluidez en español, fui voluntaria en un centro de salud para mujeres y participé en labores de derechos humanos. Estas experiencias siguen moldeando mi profundo compromiso con la justicia social.

Fuera de la consulta, disfruto del ciclismo, el yoga, los viajes y pasando tiempo con familia. ¡Disfruto la lectura, las animadas conversaciones sobre libros y estoy siempre buscando una buena lectura!